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Noticias El sábado 5 de noviembre de 2011 se celebra el 6º aniversario de la derrota del ALCA en Mar del Plata. Con la presenica de los cancilleres de la Unasur, Edgardo Depetri honra la memoria de quien fuera presidente de nuestro país en aquel 2005, Néstor Kirchner ------ La Corriente Nacional de la Militancia realizó un acto en la cancha de Huracán el viernes 11 de marzo y respaldó a la principal oradora, Cristina Fernández, para un nuevo mandato como presidenta de la nación. Edgardo Depetri afirmó ante casi 100 mil personas que la movilización "recuerda a Néstor Kirchner como un militante y un compañero que vino a transformar a la sociedad. Este acto no tiene nada de especulación electoral" -------- Asistieron al plenario de la Corriente Nacional de la Militancia el gobernador de la provincia de Buenos Aires Daniel Scioli, el intendente de Quilmes, Francisco "Barba" Gutiérrez, el ex canciller Jorge Taiana, el legislador Daniel Filmus y los diputados Agustín Rossi y Edgardo Depetri, entre otras figuras destacadas y compañeros. Se realizó el 26 de enero en Mar del Plata --------- Amado Boudou y el diputado nacional Edgardo Depetri cerraron el 17 de diciembre el plenario federal del Frente Transversal Nacional y Popular, pensando en la ciudad de Buenos Aires. ---------El 20 de noviembre finalizó el Encuentro Latinoamericano del Libro Social y Político del Bicentenario. En representación del Frente asistió Juan Pablo O’Dezaille, quien se refirió a una nueva etapa, donde la cultura no está al servicio de una elite, entre otros temas

2010-08-01

Ocho definiciones sobre el Frente Transversal Nacional y Popular

Por Edgardo Depetri

El gobierno y las convicciones, el poder económico, los dirigentes y la militancia, la derrota del 28 de junio, los cargos y las disputas internas, la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y la política internacional. Un análisis sin desperdicios.




EL FRENTE Y EL GOBIERNO: Nosotros nos sentimos parte de todas las luchas que libró el pueblo argentino en los últimos 30 años, con tanto sacrificio de miles de compañeros y compañeras. La verdad que como espacio político estamos orgullosos de participar y ser protagonistas en el gobierno de Cristina Kirchner. Que estemos logrando ser parte de un proyecto que empezó con Néstor Kirchner, cuando asumió en el 2003.
EL FRENTE Y LAS CONVICCIONES: Néstor siempre afirmó que no llegaba a la Casa Rosada para representar los intereses de ninguna corporación económica, ni sojera exportadora, agropecuaria, ni financiera; de ninguna corporación. Y el Gobierno de Cristina Kirchner continúa con ese mandato popular, representa el interés el pueblo argentino. Nosotros, como parte de ese proyecto, como parte de ese Gobierno y como parte de nuestra historia política, sindical, personal, estamos llamados a hacer exactamente lo mismo. No podemos detenernos ni una vez, desviarnos ni un poquito, del mandato fundacional de nuestros compañeros, de nuestra historia.
EL FRENTE Y EL PODER ECONÓMICO: La Mesa de Enlace, Biolcatti, la Sociedad Rural, los bancos, esos enemigos, son los que nosotros estamos enfrentando, y ellos tienen el multimedios Clarín. Para los grupos económicos, la comunicación es lo más importante, el agente central que tiene ese poder para deslegitimar al gobierno, arrinconarlo, debilitarlo, para intentar derrotarlo. Hoy debemos ser conscientes que estamos en un nivel de confrontación con el poder económico en la Argentina. No sólo vienen por Néstor Kirchner, vienen por todos nosotros. Los que quieren venir a hacerse cargo del país quieren volver a instalar la política de represión, de ajuste, de desocupación, de la caída salarial, de la falta de salud, de la falta de educación, de la falta de previsión social.
EL FRENTE, LOS DIRIGENTES Y LA MILITANCIA: Nosotros convocamos a los compañeros, nadie nos vino a buscar a nuestras casas, nadie nos vino a convencer para ser delegado, para ser dirigente, presidente de una cooperativa, para ser referente o para ser legislador, para ser intendente o para estar en el gobierno nacional. Nosotros nos ofrecemos. Queremos. Planteamos nuestra voluntad, y convocamos a los compañeros. Entonces, lo que hagamos o dejemos de hacer tiene mucho que ver con la decisión de los dirigentes, no es problema de la gente, de los compañeros, sino de los dirigentes. Cómo hacer para construir la mejor organización con la mejor propuesta, que entusiasme, que enamore, que nos convoque a ser protagonistas, para que no crean los compañeros que hay un referente que les resuelve, que hay alguien que les da, y que si hoy te lo da, mañana te lo puede sacar. Entonces, no es eso de comprar voluntades ante la necesidad. Nosotros venimos a plantear otra política y otra forma de construcción a los compañeros.
EL FRENTE Y LA DERROTA DEL 28 DE JUNIO DEL 2009: Ese día a las 2 de la mañana en el local del Frente Transversal, cuando evaluamos lo que podía pasar, todos éramos conscientes de la derrota política que nos había infligido el Poder. La mayoría parlamentaria que habían logrado en el Congreso, podía sumirnos en otra crisis financiera vinculada a una devaluación escandalosa de la moneda nacional, o a una campaña de inseguridad, para tirarle al gobierno de Cristina Kirchner un par de muertos frente a la Casa Rosada y, que derivara en una salida anticipada del gobierno de Cristina Kirchner. Eso que una vez fue una posibilidad del Poder, nosotros lo teníamos como parte de nuestra agenda. Porque si hay algo que uno tienen que saber todos aquellos que quieran conducir un proyecto transformador, una organización capaz por sí misma de convocar a los compañeros para fortalecer el proyecto nacional, que siempre hay que estar preparados para lo peor, no para lo mejor.
EL FRENTE, LOS CARGOS Y LAS DISPUTAS INTERNAS: Nosotros no disputamos cargos electorales ni oficiales evaluando si el candidato es Néstor o Cristina Kirchner, Scioli, algún otro gobernador o un intendente del conurbano. Nosotros no especulamos con qué porción del espacio Kirchnerista nos corresponde, porque siempre creímos y creemos en el proyecto que encabezan los compañeros Cristina y Néstor Kirchner. No andamos viendo cómo saltamos a hacer otro partido político ni buscando algún atajo por centro izquierda; no arreglamos con algún grupito que nos permita pelear alguna candidaturita a nivel nacional, a nivel local o a nivel provincial. No andamos pensando en cómo zafamos de esta coyuntura, de esto que perdimos, de cómo recomponemos para que el Frente perdure y siga siendo una orga que nos permita seguir o, estando en el candelero, para que alumbre sólo a cuatro o cinco dirigentes, figurando en algún diario en algún titulito, o en algún programa de televisión para decir que estamos siendo parte de la discusión. Nosotros planificamos y construimos un proyecto con eje en el desarrollo territorial.
EL FRENTE Y LA CTA: La discusión en la CTA para aquellos que venimos de ATE, o de los sindicatos que fuimos fundantes, no es una cuestión menor, es una cuestión principal de nuestra construcción. No da lo mismo discutir la elección en función de un proyecto que discutirla en función de cuestiones personales. No es un problema personal la discusión con Víctor De Gennaro, es una discusión política. Nosotros, con Germán Abdala y con Víctor De Gennaro, denunciamos que la ley de Reforma Administrativa y de privatización que mandaba en su momento Menem al Congreso, iba a significar el ajuste más violento que iba a sufrir la sociedad y no solamente iba a condenar a la desocupación a los compañeros, sino que lo peor, iba a organizar un nuevo tipo de Estado, el Estado privado, el Estado para los ricos. Pero lo que nos juntó hace 20 años hoy nos diferencia. Y, esas diferencias tienen que ver en cómo vemos la etapa, las cuestiones del país, para dónde hay que ir. Qué CTA necesitan hoy los trabajadores y el pueblo argentino. Por eso vamos a bancar a Hugo Yasky como candidato a Secretario General y vamos a participar todos en el proceso electoral, con el enorme dolor de cruzarnos, en los distritos y en los sindicatos de los que somos parte, con los compañeros con los que hemos compartido la vida, en las buenas y en las malas.
EL FRENTE Y EL MOVIMIENTO SINDICAL MUNDIAL: Hace unos días Cristina habló en la Confederación Sindical Mundial. El movimiento sindical mundial se unificó el año pasado después de 50 años de división como consecuencia de la guerra mundial y lo que después fue la guerra fría y los bloques en que se dividió el mundo, occidente, oriente, capitalista o socialista. Cristina habló ahí, ante delegados de los trabajadores que hoy están haciendo paro general. En Francia hacen paro general contra las reformas de la jubilación que está implantando el gobierno de Sarkozy, en España en contra de la rebaja de los salarios de los trabajadores estatales, en Grecia estalló el país, muy parecido a la crisis que nosotros vivimos en el 2001.
El movimiento sindical para los tiempos que vendrán es clave para poder discutir con el único dueño del poder real, que no son los gobiernos. Los gobiernos son una parte del Poder, pero el poder real son las empresas, el capital, el que puede decidir el nivel de inversión, los niveles de ganancia, cuántos empleos va a ofrecer, qué salario va a pagar y, en general, el poder económico, salvo en honrosas excepciones, ha controlado a los Estados y a controlado a los gobiernos. Y Cristina pudo hablar ahí, ante miles de delegados de todos los sindicatos del mundo, que nos pusieron como referencia, como ejemplo, porque tiene la legitimidad de un gobierno que ha recuperado el trabajo como perspectiva y que no ha ajustado como lo planteaba el Poder.

Una ciudad más desigual, la futura herencia del macrismo

Por Juan Pablo O Dezaille

En dos años y medio de gestión, Mauricio Macri, no construyo una sola escuela. Según datos de la Legislatura porteña entre el 2008 y el 2010, el Presupuesto en Infraestructura escolar bajó de 315 a 145 millones de pesos. Y, el de inclusión educativa se recortó de 200 a 100 millones. De las más de 6500 vacantes en el nivel inicial que faltan cada año para nuestros chicos y chicas, el 70% pertenecen al sur de la ciudad, su zona más postergada.





El sistema público de salud combina problemas estructurales y tecnología obsoleta que se ven acrecentados con el correr de los años, con desidia, falta de gestión e inversión. El aumento de la mortalidad infantil, con datos del propio Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, marcan claramente que son las Comunas menos favorecidas las que esta nueva situación epidemiológica evitable se hace más ostensible.
Tenemos una CIUDAD RICA CON POLÍTICAS SOCIALES POBRES como denuncia el Documento elaborado por integrantes de los distintos claustros de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Buenos Aires. Es necesario pues, trabajar sobre este problema desde ahora. Las urgencias y las necesidades de los sectores populares no siempre coinciden con la lógica de los tiempos electorales.
Es cierto que, muchas veces nos cuesta darle visibilidad a estas cuestiones; de hecho en la ciudad coexisten miradas distintas, necesidades diferentes, aun dentro del propio campo popular. Sabemos que la articulación entre propuestas y alternativas para enfrentar al macrismo, expresan algunas veces, puntos de contradicciones importantes, pero eso no debe invalidar la autocrítica que las mismas deben llevarse adelante en forma mucho más coordinada y efectiva de cómo se hicieron hasta ahora.
Respetando los desarrollos territoriales de cada grupo pero poniendo los intereses colectivos por encima aun de legítimas aspiraciones sectoriales o personales. Nosotros, como Frente Transversal Nacional y Popular, queremos crecer, no engordar. Y ese crecimiento solamente será posible si somos capaces de expresar el Proyecto Nacional en la ciudad.
Es necesario ganarle al PRO en el 2011. Pero si no discutimos, como inscribir la propuesta de una ciudad más inclusiva, aun con los matices y las diferencias dentro de un Prroyecto Nacional y Popular, terminaremos convirtiéndonos -por acción u omisión- en una opción distrital, sin ninguna inscripción real en una política de transformación.
Para superar las deudas sociales que nos van a dejar los cuatro años de gobierno de la derecha en la ciudad, va a hacer falta construir un Estado porteño inteligente, capaz de superar los obstáculos tecnocráticos y las barreras que intentaran dejarnos instaladas en la administración, los herederos del menemismo.
Y, en ese sentido, la necesaria articulación con la experiencia y el desarrollo alcanzado por el Gobierno Nacional en la gestión pública en los últimos siete años resultarán de un valor incalculable para construir una ciudad con un diseño totalmente diferente de cómo fue imaginado, allá a comienzos del 2007, por los sectores de poder más concentrados para la capital de la República.

Ciudad rica y políticas sociales pobres

Ciudad Rica y políticas sociales pobres es un documento elaborado por más de cien docentes, graduados y estudiantes de Trabajo Social de la UBA, en el cual se destaca la creciente preocupación de estos profesionales por el rumbo que han tomado las Políticas sociales en la Ciudad de Buenos Aires, ya que representa un retroceso en materia de derechos sociales. “La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) –sostienen- contiene un muro invisible que la divide en dos mundos: mientras que el norte crece el sur se empobrece.





Esta situación histórica se ha acentuado fuertemente en los últimos dos años. La ausencia de respuestas, desde la política pública, a problemas sociales cada vez más
complejos, intenta ser cubierta por una serie de dispositivos de asistencia, tercerizados
en organismos privados, como es el caso de los convenios realizados con ONGs para
el tratamiento en adicciones o los hogares para niños, niñas y adolescentes”.

“El sistema de salud público porteño –más allá de los anuncios– carece en la
actualidad de un plan estratégico que organice articuladamente los recursos y las
estructuras que permitan la atención de los porteños y de aquellas personas que,
desde distintos puntos del país, se acercan a la ciudad. Uno de los indicadores más
sensibles para denunciar esta situación es el aumento de la mortalidad infantil, según
información proporcionada por el propio Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires. En el 2007 el índice de mortalidad infantil alcanzaba el 7,9 por mil nacidos vivos,
mientras que en el 2009 llegó al 8,3 por mil. El análisis detallado de estos datos
muestra además que la pobreza, la desigualdad y la falta de políticas públicas
adecuadas, se expresan con mayor crudeza en la zona sur. Por ejemplo, en la
Comuna 4 (Barracas, La Boca, Nueva Pompeya, Parque Patricios) la mortalidad
infantil llega hoy al 10,6‰ y en la Comuna 8 (Villa Lugano, Villa Riachuelo, Villa
Soldati) al 12,8%”

“Las políticas de niñez desarrolladas por la actual gestión de gobierno implican
una regresión en materia de la protección integral de los derechos de niños, niñas y
adolescentes. Un claro ejemplo de esto se refleja en la distribución del presupuesto de
la Dirección General de Niñez y Adolescencia, donde más del 40% se destina a la
institucionalización (alojamiento o internación de niños/as en hogares, casi en su
totalidad dependientes de organismos privados) y aproximadamente el 6% se destina
al Programa de Fortalecimiento de Vínculos, cuya finalidad es el apoyo a la
revinculación familiar y comunitaria de los niños/as. Según los informes realizados por
el Ministerio Público Tutelar de la CABA, aproximadamente hay 1300 niños/as
alojados en hogares, algunos con prolongados períodos de permanencia, en
situaciones de irregularidad respecto al dictado de medidas excepcionales. Esta
tendencia a la institucionalización de niños/as en situación de vulnerabilidad social,
dejó de ser objeto de debate a partir de la sanción de la Ley Nacional N° 26061 que
restringió a situaciones excepcionales la aplicación de esa práctica”.

“En el ámbito de la educación, la actual gestión ha privilegiado la educación
privada sobre la educación pública, aumentando –en más de un 150%– las
transferencias monetarias a instituciones no estatales y reduciendo en un 3% el
presupuesto destinado a infraestructura de las escuelas públicas. Con la transferencia
al sector privado de la función docente del Estado, se altera el sentido de la educación
que, desde la gestión actual, aparece más como un servicio de consumo
individual/familiar vinculado al mercado, que como un derecho social vinculado a la
condición de ciudadano. En la oferta educativa estatal existe una clara desigualdad
que afecta principalmente a la población del sur de la Ciudad y que se evidencia en:
falta de vacantes de nivel inicial y primario, edificios reducidos y/o en crítico estado de
conservación y menor cantidad de escuelas de jornada completa. Para estas
poblaciones existen una serie de medidas focalizadas –programas de inclusión– que
se ofrecen desde el Estado como recursos aislados y que, debido a la ausencia de
una estrategia eficaz de comunicación, son apropiados diferencialmente por los
establecimientos educativos generando también fragmentación en el sistema
educativo público. Cabe mencionar además que la política actual hacia los
trabajadores de la educación se ve signada por el vaciamiento de los equipos
profesionales, el recorte de salarios, la precarización laboral y el desprestigio material
y simbólico de los docentes”.

“En materia de política pública de vivienda, el achicamiento del presupuesto es
notable y la tendencia muestra que sigue decreciendo a niveles insospechados. En el
último período de la gestión actual de gobierno, los programas del Instituto de Vivienda
de la Ciudad (IVC) que promueven la “autogestión, el trabajo cooperativo y la
organización colectiva”, no llegan a ejecutar el bajo presupuesto estipulado debido a
su falta de idoneidad y de decisión política ante el problema social que representa para
miles de familias de la CABA no tener derecho a un techo digno. El Programa de
Autogestión de Vivienda, que tiene a las organizaciones sociales como actores
protagónicos, organizadas según la Ley 341/GCBA, no tiene abiertas sus puertas a la
incorporación de nuevas cooperativas, y lo que es aún más alarmante, las
cooperativas que hoy se encuentran en condiciones de construir su proyecto de
vivienda, luego de más de 5 años de gestión, no lo hacen debido a la trillada respuesta
de “la falta de presupuesto”. Son cerca de 30 las cooperativas que se encuentran a la
espera de la aprobación de fondos para la continuidad de sus obras, 80 las que
teniendo terreno no pueden comenzarlas y más de 400 las que, estando inscriptas, no
pueden iniciar la búsqueda de sus terrenos.
La problemática habitacional además se ve agravada por un aumento de los
desalojos en los últimos años. Si para 2007 las familias en situación de desalojo
alcanzaban a 3.317, sólo en la primera parte del 2008, 4.772 familias solicitaron el
subsidio creado por el Decreto 690/GCBA (para familias en situación de calle).
Asimismo en 2008 se produjeron modificaciones en esta normativa que limitan el
acceso al subsidio y reducen el número de beneficiarios. También excluyen medidas
preventivas ante inminentes desalojos, introducen normas que permiten la absoluta
discrecionalidad para la caducidad del beneficio y eliminan el objetivo de orientar a los
beneficiarios para encontrar soluciones definitivas al problema de la emergencia
habitacional (CELS-AGT, 2009)”.

“Paradójicamente, mientras aumentaba la población en situación de calle, los
subsidios para este segmento observaron una reducción presupuestaria, que pasó de
24.826.717 pesos en el año 2007 a 20.528.094 pesos en 2009, a la vez que el
presupuesto era subejecutado. Según un relevamiento reciente las personas que
carecen de un hogar fijo son alrededor de 14.900, lo que significa un aumento de más
de 35 % con respecto a 2009.
En suma, considerando la cantidad de recursos económicos de la CABA,
resulta incomprensible el retroceso de enfoques y la regresión del gasto registrada
en sectores claves de la política social. El PBG (Producto Bruto Geográfico), que mide
la riqueza de esta jurisdicción, asciende a 233 mil millones de pesos; esta cifra
representa alrededor de la cuarta parte del PBI del total del país. A su vez el PBI per
cápita de la CABA también supera ampliamente al promedio del país en
aproximadamente 2.5 veces, evidenciando el alto poder adquisitivo de su población.
En este contexto, los ejemplos mencionados bastan para comprender el orden
de prioridades de una gestión, que no sólo pareciera desconocer las condiciones de
vida de los sectores empobrecidos de la ciudad, sino que además anula el poder
redistributivo del Estado para el cumplimiento de los derechos ciudadanos. Esta
política concentra los recursos públicos en los sectores privilegiados del mercado
mientras vacía a las instituciones que durante años se encargaron del bienestar de
una población relegada de los beneficios del modelo neoliberal, fuente de la ideología
que la actual gestión del Gobierno de la Ciudad practica”.
Firman entre otros: la Vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales, Adriana Clemente, la Directora de la Carrera de Trabajo Social, Ana Josefina Arias, los Profesores María Felicitas Elías y Alfredo Carballeda y las docentes, Soraya Guiraldes e Ingrid Manfred.

La nueva política: PROcesados, abandónicos y progresismos

Por Pablo Castillo

La situación de Mauricio Macri es cada vez más compleja. Paralelamente al procesamiento por las escuchas ilegales, en los próximos días, el ingeniero puede quedar comprometido en otro asunto aun con mayor contundencia desde el punto de vista estrictamente jurídico: la irregular concesión del gobierno de la ciudad de parte del Inmobiliario Urbano a los ya procesados hermanos Terranova. Favores a amigos y negocios privados, amparados desde el ejercicio de la función pública, terminan dándole visibilidad a un modus operandi casi permanente de importantes sectores empresariales argentinos. Neoliberales en lo ideológico, pero que después buscan crecer a través de utilizar al Estado como socio bobo en función de sus intereses particulares.



Y, más allá del desesperado intento de los medios de comunicación hegemónicos en invisibilizar estas cuestiones o derivarlas a la página 24 de los periódicos, en algún momento la realidad se les termina imponiendo. No obstante, sin desconocer estos textos fuertes del código genético del macrismo, nos interesa detenernos en algunos gestos que pueden parecer imperceptibles pero que dan cuenta de cómo se configura la matriz profunda de aquellos que vinieron a instalar la NUEVA POLÍTICA en nuestra ciudad, con pretensiones de extenderla a la Nación toda en el 2011.
Hace unos días, su mejor candidata para las elecciones porteñas del año que viene, Gabriela Michetti, declaraba en la revista Noticias: “Un montón de veces quisiera tirar la toalla”. Después, continuaba quejándose del poco tiempo que la política le dejaba para hacer otras cosas: “esta profesión es muy absorbente” y, por último, culminaba con una frase lapidaria: “si todavía tenés mas o menos cierta salud mental, no podes dejar de preguntarte ¿qué haces en esto?”. Ese desprecio por las construcciones colectivas, por la militancia, por la solidaridad o simplemente por el vecino o la vecina -como le gusta decir al ingeniero- que no tuvo la suerte de nacer en Barrio Parque, y sobrevive peleándole a la vida en Soldati o Lugano, se pone nuevamente de manifiesto, cuando refiriéndose a las personas que viven en situación de calle, comenta: “a ellos les gusta vivir así…”
Pero no es solo ella. El jefe del Bloque del Pro en la Legislatura, Cristian Ritondo, en el peor momento del pobre Mauricio, se fue de vacaciones de invierno con su familia a Disneylandia, porque se lo había prometido a la mujer. Hay un chiste que circula en la Legislatura que dice que si le preguntas a los diputados del PRO por los problemas del sur, piensan inmediatamente en que aun no hay nieve suficiente en Esquel o Bariloche para la temporada de esquí.
Sin embargo, lo que queremos señalar –aunque sea políticamente incorrecto- es que ese modo de funcionar individualista, egoísta, de pensar a la política como profesión y no como compromiso solidario con los otros, no es de ninguna manera patrimonio exclusivo de esa fuerza política. Hubo también ciertos progresismos que funcionaron en esas coordenadas en la ciudad. Y, quizás, tiña de alguna forma los modos en que todavía algunos compañeros siguen pensando la política local. Donde los posicionamientos personales o los tiempos mediáticos de exposición, sobredeterminan prácticas y estrategias colectivas de mayor vuelo. Aun más allá de discursos compartidos y adversarios y enemigos comunes.
Por eso, en medio de este desastroso saldo social que nos va a dejar el macrismo: aumento de la mortalidad infantil, creciente privatización del espacio público, ausencia de un Plan global de crecimiento con inclusión para la ciudad que contemple el área metropolitana, también habrá que detenerse en los modos de construcción que nos planteemos los sectores populares, no solamente para ganarle a la derecha en el 2011, sino para gobernar. Porque de lo contrario, las nuevas frustraciones estarán otra vez, a la vuelta de la esquina.

Políticas para la infancia en el primer gobierno peronista

Por Marcelo Clingo

Con la llegada del peronismo al poder en 1945, la problemática de la niñez se convirtió en uno de los ejes centrales de su política, modificándose tanto la concepción de niñez, como su abordaje. Sin embargo, es necesario construir una mirada más compleja de la cuestión que contemple los aspectos sociales de ese fenómeno. En definitiva, como impactan en las concepciones y los abordajes de la niñez, la instalación de un nuevo discurso que le hace un lugar distintivo a la infancia. Como se produce el pasaje de objeto de tutela a judicial y beneficencia oligárquica, a sujeto del proyecto nacional, “único privilegiado” y “vanguardia de la Nueva Argentina”.




El concepto de infancia encuentra hoy, en la literatura especializada, un alto consenso en cuanto que se refiere a una construcción histórica, a un concepto que no viene dado desde siempre. Como sostiene Donzellot, el despliegue de los acontecimientos históricos, tiende a borrar las huellas de su producción, y es posible encontrar, aún hoy, cierta naturalización respecto a la infancia. Ahora bien, el modo en que ese proceso de conformación del campo infantil se concretó en cada región tiene sus singularidades, y resulta imposible escindirlo de la construcción particular de cada lugar, de cada nacionalidad. La Argentina no escapa a esta caracterización y es posible recorrer el devenir de la noción de niñez en el contexto de la conformación y consolidación del Estado-Nación.
Ya tempranamente, aparece una escisión en el abordaje institucional y cultural, de la problemática de la infancia. Por un lado, se encontraba el niño-alumno y, por otro, el niño-menor (Carli S., 2003). El primero, integrado al sistema escolar, miembro de una familia plenamente constituida, con expectativa de movilidad ascendente. El segundo, resultado de la masiva y desordenada inmigración, desadaptado y expulsado del sistema educativo, proveniente de familias fracturadas. Excluido del modelo político y económico que venía cristalizándose desde principio de siglo. La consolidación y extensión del sistema educativo, dejó por fuera a los menores que fueron percibidos inmediatamente como una amenaza al orden vigente. La noción del niño abandonado o delincuente, fue ganando espacio en la preocupación de dirigentes, políticos, sacerdotes y mujeres de la alta sociedad.
El resultado fue la creación de leyes e instituciones que debieran abocarse a abordar esta problemática, que aparecía cada vez más amenazante y peligrosa para un normal funcionamiento de la vida en sociedad. Un complejo andamiaje institucional se dispuso en torno al menor. A través de una operación tremendamente eficaz, se transformó un fenómeno de características sociales, en un problema judicial. Se le aseguró al juez el poder de disponer sobre el destino de los menores, bajo la figura de tutelaje; a la iglesia y a la beneficencia de las buenas familias, la tarea de reencausar a este conjunto descarriado. Muy pronto se diseñaron las leyes que iban a ordenar esta lógica, y la legitimación de esta perspectiva fue inmediata, en tanto, encontraba anclaje en el modo de organización social y económica vigente.
La llegada del peronismo produce un quiebre de las relaciones sociales, esencialmente, por la irrupción masiva y vertiginosa, de un nuevo actor social y político: la clase trabajadora. Esta transformación se extendió a la totalidad de las relaciones sociales. Conmoviendo antiguas instituciones, creando nuevas, haciendo lugar a sujetos y discursos que resultaban subalternos hasta su aparición.
Lejos de volverse un tema secundario, la problemática de la niñez se convirtió en uno de los ejes centrales de la política peronista. De niñez abandonada y delincuente, a los “únicos privilegiados de la nueva Argentina”. Pero para poder producir semejante transformación, el gobierno peronista dispuso de dos herramientas centrales: 1.- las que otorgaban las áreas correspondientes del Estado Nacional, jerarquizándola, trasformada en Dirección Nacional de Asistencia Social; y 2.- la Fundación Eva Perón, instrumento creado a la medida de la movilización y la potencia peronista, que salteaba cualquier burocracia y volvía inmediata la resolución de cualquier necesidad. Ropa, zapatillas, viajes, juguetes, se entregaban masivamente como acto reparatorio y de justicia.
La crítica al paradigma beneficente fue demoledora. De todos modos, esta potencialidad transformadora, encontró límites, tanto fuera del peronismo, en instituciones preexistentes y poderosas (sociedades de beneficencias, iglesia), como en el interior del peronismo, donde algunas acciones eran leídas como de riesgo para el futuro de la familia tradicional. Por caso resultó difícil encontrar, en las políticas para la infancia del peronismo, la puesta en cuestión de la lógica asilar. Asimismo, el andamiaje jurídico en lo referido al aspecto penal, se mantuvo inalterado. Es más, podríamos decir que estas contradicciones y tensiones han dejado huellas indelebles en la estructura nacional de abordaje de la infancia no escolarizada y que parte de ese discurso permanece intacto en determinados sectores sociales e institucionales, aun en estos días.
Existen una gran cantidad de autores que han analizado el fenómeno peronista. Hubo quienes con disímiles resultados, lo hicieron aplicando categorías preexistentes (Gino Germani (1962), Murmis y Portantiero (2004), Abelardo Ramos (1975), Milciades Peña (1972), y quienes creyeron que el peronismo era un hecho original y requería una lectura más singular, desprendida de categorías construidas para otras realidades (Fermín Chávez (1984), Hernández Arregui (1975), J.W.Cooke (1973). Pero en todos los casos, la cuestión de la infancia ofrecía una preocupación secundaria o meramente instrumental. Estudios posteriores, encontraron una dedicación más atenta sobre la temática. Los trabajos de Adriana Puiggrós (1993) se centran, primordialmente, respecto de la cuestión educativa y, si bien hace mención a las cuestiones de la minoridad, no es tomada la temática, sino en forma subsidiaria. Felicitas Elías asume con mayor profundidad la cuestión, alertando acerca de la ausencia de documentación destruida por la dictadura posterior. Asimismo, María Marta Aversa (2008) despliega con minuciosidad la cuestión, sin embargo, se centra, principalmente, en los aspectos jurídicos del tema. En el caso de Sandra Carli (2003), esta autora construye la noción del niño peronista y va más allá, intentando sostener la pregunta por el lugar político de la niñez durante el peronismo.
Pensar las políticas para la infancia, en tiempos tan tumultuosos, requiere recorrer las fuentes primarias, los documentos de la época, los debates legislativos, las normativas, la creación, modificación y cierre de diversas instituciones, así como la continuidad inalterada de otras. Detenerse en que actores políticos y sociales, sostenían cada una de las acciones, y de los dichos sobre este conjunto social. Del mismo modo, resulta imprescindible, comprender la disputa discursiva que se suscitó durante aquellos tiempos, donde la cuestión de los niños ocupó un lugar preponderante.
La sensación de que el país estaba cambiando, obligaba a la permanente pregunta por el futuro, y en ese punto, donde las discusiones en torno a la infancia, se volvían determinantes y primordiales. Recuperar esas discusiones tal vez nos permitan encontrar también continuidades y rupturas con las políticas sociales actuales: entre ellas –quizás, la más significativa- el ingreso universal para niños, niñas y adolecentes hasta los dieciocho años, llevado adelante por la gestión de Cristina Kirchner. Porque también hoy esta esa sensación que el país está cambiando.

A 38 años de la Masacre de Trelew, una herida clavada

Por Eduardo Luis Duhalde

En agosto de 1972, con mi socio profesional Rodolfo Ortega Peña, teníamos cerca de trescientas defensas jurídicas de presos políticos. No fue de extrañar entonces que de los 19 prisioneros que se entregaron a las autoridades en el aeropuerto de Trelew -tras haber fugado de la cárcel y no poder abordar el avión en que se alejaron sus restantes seis compañeros- fueran defendidos nuestros, en algunos casos, en patrocinio compartido con otros abogados. Aquella madrugada en que nos anoticiamos por llamadas periodísticas de lo ocurrido en el atardecer y la noche anterior entre la Cárcel de Rawson y el aeropuerto, los primeros nombres conocidos nos indicaban que se trataba de varias de las personas cuyas defensas técnicas teníamos a nuestro cargo





No vacilamos en tratar de viajar a la cárcel de Rawson: fue imposible hacerlo en avión. El gobierno militar había bloqueado todas las plazas para el vuelo de ese día. Fue así como a media mañana, iniciamos con Ortega Peña junto a otros abogados (Rodolfo Mattarollo, Carlos González Gartland, Miguel Radrizzani Goñi, Pedro Galín) un tenso viaje en dos automóviles, que de Bahía Blanca para abajo fue objeto de trabas en sucesivos controles policiales, tendientes a impedir o demorar nuestro arribo a destino.

Al llegar, comenzó una de las situaciones más dramáticas que me tocó vivir en mi larga e intensa vida profesional. Muy pocas veces sentí tanta impotencia y pude comprobar en tal grado el desamparo que trae aparejado la ausencia de respeto a ley y a las garantías individuales con que someten los gobiernos militares a los ciudadanos.

Desde la mañana del 17 de agosto, Rawson parecía, por un lado, una ciudad ocupada, las patrullas militares la controlaban, incluyendo hasta el comedor del Hotel Provincial. Pero, por otro, era un páramo sólo recorrido por los fuertes vientos invernales: los habitantes -sensatamente- sólo se dejaban ver lo indispensable. Una indescriptible sensación de muerte nos embargaba, era una crónica anunciada. íbamos de la cercanía de la cárcel a la zona próxima a la base Almirante Zar, donde tenían a los prisioneros, sin que en ningún lado nos permitieran acercarnos. Constantemente pedíamos entrevistar al juez de la Cámara Federal Jorge V. Quiroga, que había viajado desde Buenos Aires y que instruía el sumario, sin que accediera a recibirnos: hasta llegamos a presentarle escritos pasándolos por debajo de la puerta de su habitación del hotel, reclamándole seguridad para nuestros defendidos.

Todo era vano. Salíamos a la calle y éramos vigilados, mientras los despachos militares y judiciales continuaban herméticamente cerrados para nosotros. El clima era cada vez más lúgubre: advertíamos que estábamos jugando tiempo de descuento: a vida de los prisioneros corría cada hora más peligro y se nos escurría entre las manos. Ortega Peña, Mattarollo, González Gartland y yo fuimos detenidos junto al abogado de Trelew, Mario Amaya, asesinado luego por el golpe del 76, que no le perdonó su participación en la defensa de aquellos prisioneros. Se nos amenazó con fusilarnos, y tras un recurso de hábeas corpus presentado en Buenos Aires, fuimos liberados. Amaya continuó detenido. Intentamos entonces hacer una conferencia de prensa en el estudio de Romero, otro abogado de dicha ciudad. Un explosivo en su puerta, impidió hacerla.

Comprendimos que nada podíamos hacer allá. Nos embargaba el dolor, la impotencia, el sentirnos absolutamente inútiles frente a la negación de todo derecho. Lo único posible era volver de inmediato a la ciudad de Buenos Aires, a denunciar que el crimen avanzaba a pasos agigantados. En la tarde del 22 de agosto, en la sede de la Asociación Gremial de Abogados, en nombre de los profesionales intervinientes, Rodolfo Ortega Peña, en la conferencia de prensa, hizo pública denuncia de la situación y reclamó por la vida de los 19 prisioneros. Esa noche un artefacto explosivo estalló en dicho organismo.

Concomitante con aquella denuncia, en la base Almirante Zar la pedagogía criminal del terrorismo de Estado producía la masacre de Trelew. Una danza de horror, en el pasillo y las celdas, dejaba 16 cuerpos inertes y tres heridos graves. La sangre en las paredes, los restos de masa encefálica, las marcas de los centenares de balas disparadas contra las víctimas indefensas, mostraba en plenitud la furia homicida y ejemplificadora. Masacraban a estos jóvenes militantes pero apuntaban más que a sus corazones, a matar las utopías que anidaban en ellos, sus sueños transformadores y su pasión argentina: no se condenaba su metodología violenta; por lo contrario, aquel hacer de los marinos a cargo del capitán Sosa era un himno a la violencia más extrema (sólo la perversión hipócrita asesina sin piedad en nombre del derecho a la vida).

Tampoco fue el exceso de una guardia ebria. Esta había sido la mera ejecutora de una orden secreta y directa del presidente Lanusse y de los comandantes en jefe. Trataban de restablecer la autoridad de los militares, golpeada en su orgullo envanecido, ahogando en sangre a los que habían osado desafiarla. Pero la vida de la Nación, que es mucho más rica que los lineales propósitos dictatoriales, hizo que Trelew fuera para el régimen de Lanusse lo que Malvinas para el gobierno de Galtieri. Un gran espasmo, un enorme escalofrío e indignación recorrió el cuerpo social. Un creciente sentimiento colectivo de repudio y espanto embargó al pueblo argentino. Ocho meses después, el 25 de mayo de 1973, esos militares debieron entregar el gobierno, aunque tres años más tarde volverían a asaltar el poder para producir el vasto genocidio.

En mi modesta historia personal, percibí en Trelew, tan palpable como nunca antes, la diferencia entre un Estado de derecho y la barbarie autoritaria. En esa comunión con la tragedia sentí la reafirmación del compromiso con los derechos humanos y con la vida, que en medio de tanta impotencia y fracaso recibía como un mandato irrenunciable.


Revista La Maga, 19 de julio 1998

El aluvión: los movimientos sociales y el kirchnerismo

Boyanovsky Bazán, se interna en el universo de las organizaciones sociales Kirchneristas -la FTV de Luis D'Elía; el Movimiento Evita, encabezado por Emilio Pérsico; el Frente Transversal, de Edgardo Depetri, y el hoy opositor Movimiento Libres del Sur, conducido por Humberto Tumini-, explora su historia y la de sus líderes y conductores, describe sus funcionamientos, estrategias y alianzas, y analiza cómo, cautivados por ciertos rasgos de la práctica Kirchnerista -el rescate de la militancia de los '70, la declamación por la integración latinoamericana, entre otros-, establecieron acuerdos con el ex presidente, y cómo, a partir de estos acuerdos, accedieron a recursos, manejos de planes sociales, y cargos ejecutivos y legislativos, y adquirieron una entidad hasta entonces inédita en el escenario político nacional.





Las organizaciones asumieron el liderazgo de Kirchner a partir de coincidir con estos aspectos y de comprender la conveniencia estratégica de ser parte del proyecto de gobierno. Se encolumnaron detrás del kirchnerismo, si es que así se puede denominar al espacio donde actúan las distintas fuerzas que han sostenido y colaborado políticamente con el gobierno de Kirchner (y el de su esposa, Cristina Fernández), y en poco tiempo se convertirían en su fuerza militante, su “base social”, según definición propia, sus grupos de choque, en ocasiones; y quienes tejerían una red de beneficios y recursos que contribuiría a sacar a muchos excluidos de una situación extrema de pobreza, mediante programas de vivienda y de trabajo en cooperativas, entre otros. En ese proceso, Kirchner reconoció el apoyo manifiesto y en un hecho hasta entonces inédito abrió las puertas del Estado para que estos dirigentes sociales llegaran a ocupar diversas áreas de gobierno.
El universo de organizaciones sociales Kirchneristas incluye a cerca de una veintena de grupos, de extracción y volumen diversos, con un mayor o menor grado de cercanía con el gobierno, tanto por el contacto que pudieran tener sus dirigentes como por el nivel de adhesión política. Las páginas siguientes se encargarán de retratar y analizar a cuatro agrupaciones centrales en la relación con Néstor Kirchner, a las que él mismo dio esa entidad y les encomendó construir y organizar en torno de sí al resto de los grupos. Todo diálogo con las expresiones “sociales” o de “base” pasaría, a partir de este acuerdo, por los dirigentes que conducían estos cuatro movimientos. (…)
En tanto, las organizaciones pasaron a representar la “fuerza popular” del kirchnerismo y pusieron todo su activismo en función de defender su proyecto. Restituyeron en el escenario político una mística militante que se vio reverdecida por ciertos guiños del presidente, y que retrotrajo —voluntaria o involuntariamente— el ideario de las organizaciones de frentes de masas de los 70, cuando la Juventud Peronista era una de las agrupaciones de la militancia más numerosa y consolidada de la Argentina.
La relación con su líder como la forma de encarar su práctica, son elementos que llevarían invariablemente a la comparación entre ambos momentos históricos.
A pesar de muy variadas diferencias cualitativas y cuantitativas entre las organizaciones políticas de los 70 y estos movimientos sociales-políticos modelo 2000 —y de las diferencias metodológicas y estratégicas entre ellos mismos— hay muchos puntos de continuidad.
Uno, el más evidente, es que una gran cantidad de militantes de los 70 integra o integró en algún momento sus fi las, cerca de los niveles de conducción. Otra es la práctica de la acumulación política y la movilización.
(Fragmento de la introducción de El Aluvión).