Por Juan Pablo O Dezaille
En dos años y medio de gestión, Mauricio Macri, no construyo una sola escuela. Según datos de la Legislatura porteña entre el 2008 y el 2010, el Presupuesto en Infraestructura escolar bajó de 315 a 145 millones de pesos. Y, el de inclusión educativa se recortó de 200 a 100 millones. De las más de 6500 vacantes en el nivel inicial que faltan cada año para nuestros chicos y chicas, el 70% pertenecen al sur de la ciudad, su zona más postergada.
En dos años y medio de gestión, Mauricio Macri, no construyo una sola escuela. Según datos de la Legislatura porteña entre el 2008 y el 2010, el Presupuesto en Infraestructura escolar bajó de 315 a 145 millones de pesos. Y, el de inclusión educativa se recortó de 200 a 100 millones. De las más de 6500 vacantes en el nivel inicial que faltan cada año para nuestros chicos y chicas, el 70% pertenecen al sur de la ciudad, su zona más postergada.
El sistema público de salud combina problemas estructurales y tecnología obsoleta que se ven acrecentados con el correr de los años, con desidia, falta de gestión e inversión. El aumento de la mortalidad infantil, con datos del propio Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, marcan claramente que son las Comunas menos favorecidas las que esta nueva situación epidemiológica evitable se hace más ostensible.
Tenemos una CIUDAD RICA CON POLÍTICAS SOCIALES POBRES como denuncia el Documento elaborado por integrantes de los distintos claustros de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad de Buenos Aires. Es necesario pues, trabajar sobre este problema desde ahora. Las urgencias y las necesidades de los sectores populares no siempre coinciden con la lógica de los tiempos electorales.
Es cierto que, muchas veces nos cuesta darle visibilidad a estas cuestiones; de hecho en la ciudad coexisten miradas distintas, necesidades diferentes, aun dentro del propio campo popular. Sabemos que la articulación entre propuestas y alternativas para enfrentar al macrismo, expresan algunas veces, puntos de contradicciones importantes, pero eso no debe invalidar la autocrítica que las mismas deben llevarse adelante en forma mucho más coordinada y efectiva de cómo se hicieron hasta ahora.
Respetando los desarrollos territoriales de cada grupo pero poniendo los intereses colectivos por encima aun de legítimas aspiraciones sectoriales o personales. Nosotros, como Frente Transversal Nacional y Popular, queremos crecer, no engordar. Y ese crecimiento solamente será posible si somos capaces de expresar el Proyecto Nacional en la ciudad.
Es necesario ganarle al PRO en el 2011. Pero si no discutimos, como inscribir la propuesta de una ciudad más inclusiva, aun con los matices y las diferencias dentro de un Prroyecto Nacional y Popular, terminaremos convirtiéndonos -por acción u omisión- en una opción distrital, sin ninguna inscripción real en una política de transformación.
Para superar las deudas sociales que nos van a dejar los cuatro años de gobierno de la derecha en la ciudad, va a hacer falta construir un Estado porteño inteligente, capaz de superar los obstáculos tecnocráticos y las barreras que intentaran dejarnos instaladas en la administración, los herederos del menemismo.
Y, en ese sentido, la necesaria articulación con la experiencia y el desarrollo alcanzado por el Gobierno Nacional en la gestión pública en los últimos siete años resultarán de un valor incalculable para construir una ciudad con un diseño totalmente diferente de cómo fue imaginado, allá a comienzos del 2007, por los sectores de poder más concentrados para la capital de la República.
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