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Noticias El sábado 5 de noviembre de 2011 se celebra el 6º aniversario de la derrota del ALCA en Mar del Plata. Con la presenica de los cancilleres de la Unasur, Edgardo Depetri honra la memoria de quien fuera presidente de nuestro país en aquel 2005, Néstor Kirchner ------ La Corriente Nacional de la Militancia realizó un acto en la cancha de Huracán el viernes 11 de marzo y respaldó a la principal oradora, Cristina Fernández, para un nuevo mandato como presidenta de la nación. Edgardo Depetri afirmó ante casi 100 mil personas que la movilización "recuerda a Néstor Kirchner como un militante y un compañero que vino a transformar a la sociedad. Este acto no tiene nada de especulación electoral" -------- Asistieron al plenario de la Corriente Nacional de la Militancia el gobernador de la provincia de Buenos Aires Daniel Scioli, el intendente de Quilmes, Francisco "Barba" Gutiérrez, el ex canciller Jorge Taiana, el legislador Daniel Filmus y los diputados Agustín Rossi y Edgardo Depetri, entre otras figuras destacadas y compañeros. Se realizó el 26 de enero en Mar del Plata --------- Amado Boudou y el diputado nacional Edgardo Depetri cerraron el 17 de diciembre el plenario federal del Frente Transversal Nacional y Popular, pensando en la ciudad de Buenos Aires. ---------El 20 de noviembre finalizó el Encuentro Latinoamericano del Libro Social y Político del Bicentenario. En representación del Frente asistió Juan Pablo O’Dezaille, quien se refirió a una nueva etapa, donde la cultura no está al servicio de una elite, entre otros temas

2010-06-01

La comunicación es un terreno de construcción política

Entrevista a Washington Uranga, por Juan Pedro Gallardo

Washington Uranga nació en Montevideo y fue adoptado por la Argentina como uno de sus investigadores más importantes dentro de la "Escuela Latinoamericana de Comunicación". Su vasta experiencia académica y su paso por distintos países (Colombia, México, Ecuador, República Dominicana) junto con la participación en ONG y la labor crítica como miembro de la Iglesia Católica agudizó su capacidad reflexión frente a los acontecimientos de la América Latina de los últimos 20 años. Actualmente se desempeña como columnista en el diario Página/12 y como docente en universidades nacionales (Buenos Aires y La Plata, entre otras).



-¿Qué entiende por comunicación?
-Comunicación es una interrelación entre sujetos, mucho antes que los medios, es un intercambio de significados y producción de sentido entre actores diversos. Es decir una producción, un diálogo de actores que son esencialmente diferentes, esto es el proceso comunicacional.

-¿Dentro de este contexto cuál sería el rol del periodista?
-Yo diría más o saldría del concepto estricto del periodismo. Asumiendo que hay una tradición del periodismo que nos marca, te diría que hoy somos más comunicadores sociales en un sentido más complejo. Vivimos en una sociedad mediatizada, esto significa una sociedad atravesada por los medios y los procesos comunicacionales pero además una sociedad donde se construye desde significados y sentidos generados desde el ámbito comunicacional. Esto implicaría una evolución en cuanto a cuál es nuestro rol. A mi me gusta pensarlo así: los comunicadores sociales como facilitadores del diálogo público en el espacio público. En cambio, en la tradición periodística nos definimos como puente entre lo real y lo público. Los constructores de información eran esto, un puente, un gatekeeper según el término inglés. Hoy creo que hay que plantearse más como articuladores de un diálogo público entre actores muy diversos en un espacio complejo que se construye comunicacionalmente.

-¿Sería volver al concepto de sujeto como eje de la comunicación?
-Bueno, recuperar la idea de que el sujeto es el centro de la comunicación es recuperar también el concepto de que la comunicación tiene que ver con el proyecto humano, de los hombres y las mujeres, y que por lo tanto tiene que estar todo ajustado a esto. Es recuperar lo que de alguna manera nos puso a pensar Jesús Martín Barbero, es decir, recuperar al hombre, a las mediaciones, no para dejar de mirar a los medios, pero si para dar cuenta que el que produce sentido es el sujeto. Sería re-humanizar la comunicación.

-Entonces de algún modo la propuesta sería revalorizar la Escuela Latinoamericana de Comunicación
-Si, si nosotros recuperamos la tradición latinoamericana de la comunicación alternativa y popular estamos planteando eso ya que atrás de toda esta corriente hay un profundo planteo humanista. Es más, hasta la misma historia de la comunicación popular y comunitaria esta muy marcada por la práctica de ciertas corrientes cristianas de la Iglesia católica, pero también de las otras iglesias que se involucraron en este proceso y también introdujeron en esto una perspectiva muy humanista. Yo quiero recordar que Jesús Martín Barbero por ejemplo fue sacerdote católico, y esto no es una reivindicación de un espacio, es mirar cuales son las marcas y cuales son las huellas.
Pero además significa otra cosa, recuperar al sujeto, significa recuperar la política, recuperar que la comunicación es un terreno de construcción política, y que esto que estamos llamando “lo público” es un espacio de disputa simbólica por el poder.

-En un artículo de tu autoría publicado hace unos pocos meses en Página/12, cuyo título era “No es inevitable”, planteabas que movimientos sociales críticos quedaban sujetos de la agenda que imponen los medios masivos...
-Lo que yo planteaba ahí es que no hay porque caer en el afán de encontrar brechas en el escenario comunicacional, no hay porque caer en la misma metodología, que hay otras posibilidades. Tengo la impresión -no se si tengo autoridad para hacer estas observaciones, pero al menos lo comparto para poder pensarlo- que no es inevitable, que no es necesario para lograr impacto que se caiga en la misma lógica de “mandar la cámara” de generar una situación en el ámbito público solamente por el hecho que convoca. Eso es tramposo, porque si bien la cámara viene, nosotros seguimos sin manejar quien recorta, quien edita, quien pregunta. No le estoy poniendo ni siquiera perversidad. A ver, a los colegas que son movileros nadie los manda. Es difícil que les digan que pregunte esto o lo otro. Lo que tienen es una lógica incorporada, un modo de entender, un modo de comprender, un modo de hacer comunicación.

-Bueno, en muchas discusiones sobre el rol de los movileros, los presentadores o los periodistas en general de los multimedios, se ha llegado a la conclusión de que no es tanto que les “bajen línea” sino que por algo trabajan donde trabajan, que por algo se mantienen donde se mantienen, ya que sería difícil perdurar en ese espacio si se manifestase un mensaje distinto. ¿Coincidís con esa visión?.
-Si, con un matiz. A veces uno no puede elegir en donde trabaja o en donde no. También, en esos lugares hay resistencia, pero es cierto que muchas veces hay colegas que incorporan la lógica del amo y el esclavo, y terminan siendo funcionales por distintas lógicas, a veces por lógicas de auto censura o de sobrevivencia. También hay cooptaciones y asimilación al discurso del medio. Es lógico, es humano, es comprensible y en otras “viste tengo que laburar”. No es para justificarlo pero es para entenderlo.

-En el marco de que los medios masivos tienen un gran poder para construir sentido, algunos insisten cada vez mas de que el hombre “es hablado”, como que perdiera esa autonomía relativa.
-A ver..., la cultura es un proceso de socialización, o sea que de alguna manera somos hablados por nuestro lenguaje, por nuestra cultura. Una expresión clara de esto son los refranes populares, los refranes hablan de nosotros y nosotros utilizamos determinadas expresiones populares casi sin reflexionar sobre lo que eso significa, porque surgen de un proceso de apropiación de la cultura y de nuestra inserción en la cultura. La cultura nos va socializando desde muy pequeños, en términos generales, no solamente por el sistema educativo o todo lo que tiene que ver con los procesos culturales. En definitiva, somos hablados por el lenguaje, somos hablados por la cultura, somos hablados por los medios.

-Esta consideración venía a cuenta en relación a que ante la caída de los grandes relatos de sociabilización, como pueden ser los sindicatos o el sistema educativo, fueron los “grandes medios” quienes ocuparon ese lugar, por lo que el avance de su influencia es mucho más significante y mucho más difícil de revertir a medida que pasa el tiempo, situación que en cierta forma obstruye el ejercicio democrático.
-Me parece que en lo que vos decís hay varias cosas. Ignacio Ramonet, en un libro que se llama “Tiranía de la información”, levanta de alguna manera esta idea que vos estás planteando, dice:. “frente a la crisis de los grandes relatos interpretativos, la comunicación se convierte en un paradigma sustitutivo”. Entonces, todo lo que no se puede explicar de otra manera se explica por la comunicación, o sea, hasta las crisis de pareja se terminan explicando por la comunicación. Lo que dice Ramonet es que eso no es tan así. Efectivamente la incidencia de la comunicación es creciente, pero no es un paradigma sustitutivo, no es que todo se puede explicar por lo comunicacional. Lo comunicacional es transversal en la sociedad actual, pero no es suficiente para explicar todo.
Segunda cosa, hay que romper esta idea de que hay comunicadores perversos y audiencias indefensas. Rosa María Alfaro, peruana, manifiesta que entre comunicadores y audiencias hay siempre complicidades construidas. Más allá de que nosotros cuestionemos ciertas mediciones de audiencia, hay ciertos elementos que te dicen que si las audiencias encienden la televisión o sintonizan la radio es porque hay complicidades construidas. Digamos, yo no puedo decir que Tinelli o Susana Giménez, se imponen solamente porque tienen una maquinaria publicitaria comunicacional de impacto. Se imponen por eso, pero se imponen también porque son capaces de asumir determinados sentidos que están presentes en las audiencias y esto construye complicidad.
Tercero, efectivamente existe una maquinaria que tiene que ver con la industria infocomunicacional que genera impacto, y que incide sobre las audiencias. Pero a lo que hay que apuntar es a la menor simplificación posible. Hay que hacer siempre lecturas complejas donde todos estos elementos están presentes. Y los resultados tienen que ver con cual es el nivel de incidencia que en un determinado producto tienen un elemento o el otro. Por eso también, la importancia de construir procesos críticos respecto de lo comunicacional y esto significa capacitar a las audiencias en un proceso de lectura crítica, observatorios de comunicación que desenmascaren algunos mecanismos. Me parece que todo esto hay que trabajarlo, aunque estamos muy lejos de que eso ocurra.

-¿Puede ser alcanzada la democratización de esa maquinaria?.¿O es solo una utopía? -Si es una utopía no es malo, es decir, me parece que como dice Galeano, la utopía es siempre la que nos ayuda a caminar y siempre estará dos pasos más allá de lo que podamos encontrar. Ahora, yo creo que sí, que hay que trabajar en eso pero que es factible. Lo que pasa es que eso no depende exclusivamente de lo comunicacional, sino que depende de las relaciones de fuerza en la sociedad. Me parece que tiene que ver con la democratización del poder. Rafael Roncagliolo, un colega peruano, suele decir: “no hay comunicación democrática sino en sociedades democráticas y no hay sociedades democráticas sin comunicación democrática”.

-Bueno en este sentido podríamos decir que la Ley de medios y todo el debate alrededor podría enfocarse en esa perspectiva.
-Yo creo que sí.

-Al respecto, ¿qué saldo le dejó la discusión y posterior aprobación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual?
-Bueno a mi me parece que es altamente positivo, pero me parece que es el primer paso de otro proceso. Lo peor que podríamos hacer es quedarnos con una ley fría, me parece que hay que construirla, hay que construir el proceso posterior. La democratización de la comunicación no pasa por una norma, sino por la posibilidad de hacer efectivo el derecho a la comunicación. Y eso se construye con participación política, con participación ciudadana, con la construcción de procesos de comunicación.

-Cuando se habla de participación ciudadana, generalmente se la acota a lo comunitario, a la radio barrial. En ese sentido, ¿ cuáles podrían ser otras formas de participación?
-A mi me parece que las primeras formas de participación tienen que ver con el acceso de actores representativos en los órganos que determinan las políticas y las reglamentaciones de los medios. Ahí, la Ley abre un camino.
Después hay otro que tiene que ver con dos cuestiones, uno es el de los observatorios o como los quieran llamar de medios, porque hay que generar masa crítica, poner sobre la mesa lecturas sobre lo que hacen los medios. Lo otro es por ejemplo las experiencias que están haciendo en Perú, que tiene que ver con auditorías o veedurías ciudadanas de los medios, que suponen desarrollar espacios donde todos los interesados se sienten: los anunciantes, los empresarios, las organizaciones sociales, los profesionales de la comunicación y puedan discernir sobre lo que significa el rol, las responsabilidades, el papel de los medios, los periodistas y los productores de mensajes en general.

-La universidad pública, desde lo educativo. ¿qué rol podía cumplir?
-En principio habría que rediscutir su papel en la construcción de lo público. Además tiene una responsabilidad política. Me cuesta pensar en una disociación entre la universidad y la construcción de lo público en general. Y en ese sentido, en lo que tiene que ver con nosotros con el campo de las ciencias sociales y la comunicación, la universidad tiene que aportar en esto, en los procesos de observatorio, en construir masa crítica, aportar elementos de discernimiento, trabajar determinados temas que desde la ciencia pueden enriquecer el debate, tomando posiciones en lo que tenga que tomar, pero sobre todo aportando elementos para que la ciudadanía, que no tiene porque tener la capacidad de analizar, tenga elementos para hacer sus propias opciones.

-¿Piensa que la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, bajo la conducción del recientemente electo decano Sergio Caletti se inscribe dentro de este camino?
-No tengo la menor duda. Lo he hablado con él y sé que tiene toda la intención que la Facultad, desde la UBA, se comprometa en esto. También sé que tiene como proyecto que la facultad siga determinados procesos, muy próximos a los movimientos sociales y a las organizaciones de trabajadores, colaborando en esta línea. Ojalá que lo pueda hacer porque sería un aporte invalorable.

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